viernes, 21 de septiembre de 2007

Doble amarilla


La novena fecha del torneo Apertura 2007 abrió una vez más la polémica sobre los cuestionados arbitrajes que ya estaban bajo la lupa por los errores graves cometidos durante los últimos campeonatos.

En la goleada de Boca a Banfield por 6 a 0, el árbitro Gustavo Bassi convalidó, a instancias de su línea, el segundo gol de los xeneizes cuando la pelota no había entrado del todo en el arco.

Sin embargo, el arbitraje más discutido de la última fecha fue el de Héctor Baldassi en el encuentro entre San Lorenzo y Tigre que terminó con una ventaja de 2 a 1 para los locales, gracias a un gol mal anulado que podría haber significado el empate del equipo de Diego Cagna.

Luego, ante las repeticiones televisivas, el asistente Claudio Rossi admitió el error y se disculpó para con el DT. Como si fuera poco, a los 10 de la segunda etapa, se presentó una jugada similar pero, esta vez, el tanto de Andrés Silvera fue convalidado.

Recordemos que San Lorenzo venía de una seguidilla de quejas: el dudoso penal que Sergio Pezzotta le concedió a River, una injusta expulsión de Sebastián Méndez y los dos goles en offside que Juan Pablo Pompei le dio a Arsenal, y la anulación de un gol de Cristian Tula más la convalidación de uno en posición fuera de juego de Agustín Pelletieri, ante Lanús.

Los errores en los arbitrajes del torneo ya habían dejado a Pompei, a Saúl Laverni y al asistente Juan Carlos Rebollo sin participación en esta última fecha por decisión de la AFA.

Pompei tuvo un arbitraje polémico en el partido San Lorenzo-Arsenal, en el que aprobó dos de los cuatro goles del equipo visitante en offside, al margen del dudoso penal de Sebastián Méndez a José Luis Calderón que derivó en la expulsión del defensor. Rebollo fue el asistente y el responsable de no marcar la posición adelantada de Martín Andrizzi en el tanto que significó el empate parcial.

Por su parte, Laverni no sancionó un penal claro cometido a Ismael Sosa cuando Independiente perdía 2 a 1 con San Martín de San Juan.

El juez Federico Beligoy también estuvo en el ojo de la tormenta por el Colón-Boca, pero no fue sancionado.

Si nos retrotraemos (no mucho) en el tiempo, también cabe mencionar el penal inexistente a favor de River contra Chicago, en Mataderos durante el Clausura pasado, cobrado por Rafael Furchi, quien ya cumplió la sanción de 30 días y acaba de retomar su tarea en un partido de la B Nacional.

O el desastroso arbitraje del recién retirado, Daniel Giménez, que todavía estaba bajo los 90 días de suspensión por los famosos ocho minutos que adicionó en San Martín de San Juan-Huracán, en la final por el ascenso. "Cuando los árbitros dejen de estar presionados por ciertas personas, dirigirán mejor. Acá se dirige con temor, con miedo", aseguró el “sargento” en declaraciones a Radio Mitre post retirada.

Desde el momento en el que se modificó el sistema de designaciones, pasando del sorteo por bolillero a la designación directa, la falta de transparencia ha sido denunciada hasta por los mismos referís. Todo parece apuntar al titular del Colegio de Árbitros, Jorge Romo, íntimo amigo de Julio Grondona y a quien nadie mueve de su puesto desde enero de 1991 pese a las reiteradas denuncias por irregularidades.

La Asociación Argentina de Árbitros (AAA), bajo la representación de Jorge Ferro, es uno de los dos sindicatos en que están divididos los referís y mantiene con la AFA una pésima relación. Grondona les ha puesto más de una piedra en el camino, sobre todo, cuando creó el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA) encabezado por Guillermo Marconi, a fines de los ’80. “La realización más grande de mi vida fue haber creado un sindicato nuevo”, manifestó una vez Grondona a TyC Sports. Hasta el ex árbitro internacional Horacio Elizondo expresó que el SADRA “ha establecido una monarquía y que sólo se interesa por los réditos políticos".

Esta interna arbitral es una de las razones que seguramente influye en el bajo nivel profesional. Mientras que para un gremio pareciera que todo está bien, para el otro la situación de la actividad es crítica.

No es más que otro reflejo de la puja de intereses partidarios, económicos y políticos dentro de la AFA, que el 19 de octubre elegirá nuevamente presidente, sin vistas a un recambio. Luego de siete períodos consecutivos al mando, parece que ni las irregularidades de vox populi le impedirán a Grondona alcanzar el octavo.

G. P.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no quieren que repitamos, el bicampeonato no le conviene a TyC. aguante el ciclón, carajo!!