El sábado hubo fecha reggae en el Pepsi Music y más que festival de rock pareció una Creamfields. La idea es más o menos la misma: niños bien en búsqueda de un lugar para drogarse en sociedad. Por eso, el club Ciudad de Buenos Aires estaba repleto de "gente como uno" que, tras pagar la módica suma de 90 pesitos, pudieron dejar la Babilonia en la que viven para viajar a una hipotética Jamaica. El próximo 10 de noviembre se vivirá algo parecido, cuando en Lugano estalle la Creamfields, 120 mangos per cápita mediante. Así son las paradojas de esta Argentina post cromañon, con empresarios de bolsillos llenos y corazón triste, en el que sus hijos y amigos pueden disfrutar tranquilos de un buen porrito y ser rastas por un ratito.
"Si vos querés sentirte todo un rastaman/ todos los temas de Marley, man, deberás estudiar/ y ahora que recién empezaste a fumar/ todo un regguero serás/pero en tu lugar no hay calles de tierra". De "Tucán", Las Pelotas.
"Si este verano va a haber muchos dreadlocks/ el otro invierno mucho pelo corto".
De "Dreadlocks", Los Cafres.
Leo Ros
lunes, 1 de octubre de 2007
Rastafarismo de fin de semana
Publicado por
El 2001 tiene la culpa
A las
15:26
Etiquetas: Pensamientos en voz alta
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1 comentario:
Me da verguenza ajena que se publique algo tan adentro de la cajita de críticas que te enseñaron. ¿Algo más típico podrías escribir? Creo que no. Para empezar, qué infantil y qué resentido ese comentario acerca de que los pendejos que van a fumarse un porro a los recitales son hijos de empresarios ricos. Más ridículo aun hacer esa generalización idiota de que los empresarios ricos son infelices. Por último veamos cuales son los adolescentes de nivel social que consumen mas drogas... por favor
Hace la prueba, mostra los datos.
Qué poca seriedad, y de nuevo... qué infantil.
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